"Muerte a las subvenciones. Nos arruinan a todos"
Era una pintada que, justo hace ahora un año, habían hecho en el lateral de un Ministerio en Madrid
¿Mi opinión? Empiezo con una historia
Durante la época colonial en India, el gobierno Británico estaba preocupado por una plaga de cobras en la ciudad de Delhi. Para solucionar el problema, decidió ofrecer una gratificación a cada persona que les lleve una cobra muerta.
Inicialmente todo sucedió según lo planeado. Sin embargo, rápidamente algunos emprendedores se dieron cuenta de que podían ganar dinero criando las cobras y empezaron a criarlas.
Cuando el gobierno se dio cuenta, decidió eliminar el programa. El problema de esta decisión fue que los criadores de cobras, como ya no tenían valor, decidieron dejarlas libres, haciendo así que el problema de infestación de cobras empeorase drásticamente.
Cuando nos enfrentamos a un problema, es tentador sucumbir a las prisas y, para demostrar nuestra valía, nos apresuramos a recopilar datos, consultar a expertos y analizar lo que has encontrado y, pronto se nos ocurren respuestas.
Sólo hay un problema: nos hemos saltado un paso fundamental
En consultoría estratégica, hay un principio básico. Para encontrar soluciones útiles, primero hay que definir correctamente los problemas. Y, en ocasiones es sencillo, pero en otras, es realmente complejo.
Hay dos tipos de problemas: reloj y nube.
Los primeros son como los relojes: predecibles, finitos y controlables. Pueden ser complicados, pero suelen tener la respuesta correcta, aunque no sea obvia.
Los segundos son como las nubes, siempre cambiantes, complejos e impredecibles. No hay solución única y requiere un pensamiento integrador, dado que no hay solo un problema, sino muchos interactuando entre sí. En esta categoría, se enmarcan las subvenciones.
La resolución de problemas sólo funciona si respondemos a las preguntas adecuadas. Si no lo hacemos, nuestro trabajo no servirá para nada; peor aún, podría ser incluso contraproducente. Por eso es tan importante comenzar el proceso de resolución de problemas dedicando un momento a pensar detenidamente qué pregunta estás tratando de responder.
Entonces, ¿son las subvenciones, en esencia, contraproducentes ? A mi juicio, no
¿Se hacen muchas veces sin ningún tipo de previsión y generan más problemas que beneficios? Rotundamente sí
Siempre que se crea un incentivo, existirá algún sujeto dispuesto a usarlo de una forma no deseada, causando problemas.
No se pueden gestionar subvenciones con pensamiento lineal, dado que no siempre, todo es causa y efecto. Aquí entra en juego el pensamiento en sistemas, que generalmente brilla por su ausencia.
El pensamiento en sistemas no es más que un marco para ver el conjunto, para ver relaciones entre diferentes elementos, en lugar de ver solo fotografías estáticas.
El problema es que a todos nos han enseñado a pensar de manera lineal y a menudo con un enfoque reduccionista. Aprendemos a dividir el mundo en trozos manejables y a ver los problemas aislados de sus raíces sistémicas.
Un sistema no es más que un conjunto de partes interactuando entre sí y que tienen fines comunes. Una empresa o un país es un sistema.
Y una de los postulados de este pensamiento es que el sistema no es la SUMA de sus partes, sino el PRODUCTO de sus interacciones
Si tenemos un método de mejora (una subvención) que está dirigida a mejorar sus partes de forma separada, podemos estar seguros de que el rendimiento del conjunto no va a mejorar. El rendimiento de un sistema depende de como encajan las partes, no como actúan por separado.
Hasta que se tenga en cuenta la naturaleza sistémica de las organizaciones, sean empresas, países o instituciones, los esfuerzos para mejorar el rendimiento van a fracasar.
Por eso es importante:
· definir el problema desde todas las perspectivas posibles,
· contemplar a todos los agentes involucrados
· incluir todos los incentivos que estos tienen
Aquí se añade otro problema. No es la primera vez que dos subvenciones de distintas administraciones (estatal y autonómica) entran en liza, cada una fomentando actuaciones casi contradictorias, porque según el diferente signo político, tienen prioridades contrapuestas.
Si quieres construir una casa con tres habitaciones, dos baños y un salón, el arquitecto no diseña las habitaciones una a una y luego las une, sino que realiza el diseño general de la casa, y luego diseña el resto de las habitaciones para que encajen en el resto de la casa. Y nunca modificará la casa para mejorar la calidad de una habitación si la calidad de la casa no mejora conjuntamente.
Por eso, encontrar defectos y eliminarnos sin más, no es la forma de mejorar el rendimiento de un sistema (país o empresa). No cabe estrategia sin pensamiento en sistemas, por más que se empeñen algunos.
Siempre he dicho que la mejor forma de entender la estrategia es comprender su opuesto. Al igual que la claridad necesita de lo oscuridad para apreciarse, la estrategia necesita de la antiestrategia para comprenderse.
No hay mejor forma de documentarse en antiestrategia que analizar el comportamiento de Ministerios, Comunidades Autónomas y Entidades Locales.
Anota sus comportamientos, sus metodologías, la orientación de sus procesos, su comunicación con el cliente (ciudadano), la lógica y coherencia de sus decisiones y su asignación de recursos. El paso siguiente es analizarlos, extraer patrones comunes y hacer justo lo contrario en tu empresa. Ya tienes las bases para elaborar una buena estrategia..