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ejecutivos riendose en una mesa

Estimado director general: te estamos engañando

February 03, 20246 min read

Marzo 2001. Empezaba con 23 años como consultor junior en una multinacional en la que aprendí más bien poco. Y, justo la semana en que me incorporé, uno de los consultores senior causó un gran revuelo por un correo enviado con el anterior titular al gerente del banco para el que estábamos trabajando

En dicho correo, le informaba de una forma muy detallada, como la propuesta que le había vendido la consultora era un auténtico disparate. Un gasto exorbitado que no solucionaba el problema que tenían. Ponía un parche, solo eso. Pero, desde luego, la solución presentada, inflada en precio, atacaba solo uno de los puntos.  La plataforma que se iba a construir estaba pensada para dar trabajo a la consultora, pero no para solucionar el problema.

Esta persona fue inmediatamente despedida y se intentaron tomar medidas legales. Dos años después, quedó claro que la solución había sido un fracaso, y fue, entonces, el banco el que reclamó a la consultora.

Cómo vemos el mundo

Sin entrar a juzgar las formas, ¿ cuál fue la base de su despiadado correo?. Una forma de pensar: Systems Thinking o ,como se conoce en español, pensamiento sistémico o en sistemas.

El pensamiento sistémico no es más que una disciplina que permite ver el conjunto. Es un marco para ver interrelaciones en lugar de cosas, para ver patrones de cambio en lugar de instantáneas estáticas.

A todos se nos enseña a pensar de manera lineal y, a menudo, reduccionista. Aprendemos a dividir el mundo en trozos manejables y a ver los problemas aislados de sus raíces sistémicas. Enfocamos y enfocamos tanto, que se nos nubla la visión y no somos capaces de ver la realidad.

En un coche, cada parte, desde el motor hasta los frenos, contribuye a su funcionamiento. Si eliminas el carburador, las ruedas o el acelerador, el coche no funciona. Un bosque también depende de la interacción entre varios elementos como plantas, animales, ecosistemas, etc. Incluso lo vemos en el cuerpo humano.

Pero, cuando nos vamos al mundo empresarial, este pensamiento brilla por su ausencia.

La empresa no factura lo esperado. Entonces, invertimos en marketing un gran presupuesto y cruzamos los dedos, pero no revisamos la política de recursos humanos, las alianzas, ni el diseño de los productos, ni el enfoque para llevar el producto al mercado (G2M).

Es como intentar curar una enfermedad solo con analgésicos: alivia temporalmente el síntoma, pero ignora la enfermedad subyacente que afecta a todo el organismo empresarial.

Cada vez veo más clara la urgencia de conocer y aplicar este pensamiento en el ámbito empresarial. Esta disciplina, junto el Desing Thinking y el análisis de negocio, deberían ser básicas e indispensables para cualquiera involucrado en una empresa. Siempre que se quiera aportar valor, claro está.

Cuestiones más importantes de este tipo de pensamiento.

He comprobado, en innumerables ocasiones, en los asesoramientos a las empresas, que muchos problemas surgen por esta falta de pensamiento en sistemas.

Y hay una serie de cuestiones que conviene tener en cuenta, siempre:

  1. Un sistema es un conjunto que tiene partes, cada una de las cuales afecta al comportamiento de las otras partes. No hay área de negocio que no afecte a ninguna.

  2. Cada parte es dependiente una de otra y, por eso, un sistema no puede ser dividido en partes independientes.

Y esto tiene implicaciones muy relevantes;

  • Las propiedades de un sistema son propiedades del conjunto, que las partes no tienen.

Un coche tiene como propiedad llevarte de un sitio a otro. Ninguna de las partes puede. Las ruedas por sí solas no pueden, ni el motor. De igual forma, tú puedes escribir, cocinar o pintar pero, tu mano no puede.

Y por tanto, cuando un sistema se descompone, pierde sus propiedades. De aquí se deriva una conclusión, que, si las empresas aplicaran, ahorrarían muchos problemas.

El sistema no es la suma de sus partes, es el producto de su interacción

Si coges la política de RRHH de la empresa X, el marketing de la Y, el sistema de distribución de la Z, tendremos una empresa Frankenstein, pero con poco o ningún valor.

Si tenemos un método de mejora que está dirigido a mejorar sus partes de forma separada, puedes estar seguro que el rendimiento del conjunto no va a mejorar. No puedo considerar a los recursos humanos separado de la política de atención al cliente, ni del marketing, ni de los aliados que tengo. No se puede.

El rendimiento de un sistema depende de cómo encajan las partes, no como actúan por separado.

Por eso, encontrar defectos y eliminarlos, no es la forma de mejorar el rendimiento de un sistema. No hay soluciones rápidas.

Mientras no se tenga en cuenta la naturaleza sistémica de las empresas, los esfuerzos para mejorar el rendimiento van a fracasar.

Casos reales

A principios de los 2000, Kodak invirtió significativamente en marketing para promocionar cámaras digitales y servicios de impresión, pero falló al no considerar cómo estos nuevos productos y servicios encajaban dentro de su modelo de negocio existente. Esta falta de visión sistémica, llevó a una desconexión entre su estrategia de marketing y la realidad del mercado, resultando en una pérdida de relevancia y finalmente, en su desaparición.

En el ámbito de las políticas públicas, un ejemplo destacado de la aplicación del pensamiento sistémico es el enfoque de Singapur para el desarrollo urbano y la gestión de recursos. Singapur, una pequeña ciudad-estado con recursos limitados, ha logrado destacar como un modelo de desarrollo urbano sostenible y eficiente gracias a su enfoque sistémico. El gobierno integró diversos aspectos como la planificación urbana, la gestión del agua, el transporte público y la vivienda en un marco cohesivo para generar un modelo de gran éxito.

Exactamente igual que en España, donde las políticas urbanas van por un lado, las de medioambiente por otro, las económicas por otro….

Microsoft vs Apple

Apple no solo diseñó un producto (el iPod), sino que también desarrolló un sistema completo que incluía la tecnología para descargar música, un esquema de precios simple, un sitio web fácil de usar, y un manejo eficiente de licencias, royalties, transacciones y almacenamiento a través de iTunes. Esta visión integrada permitió a Apple no solo facilitar el uso del iPod, sino también revolucionar la forma en que se consumía música, desplazando tecnologías existentes como los CD.

En contraste, Microsoft lanzó el Zune en 2006, pero no logró replicar el éxito del iPod, en parte porque no desarrolló las estructuras sistémicas complementarias que contribuyeron al éxito del iPod. El Zune no compartía la ergonomía ni la estética del iPod y no formaba parte de un sistema integrado similar.

Conclusiones

  • El éxito de una empresa radica en la unión, no en la división.

  • La suma de marketing, diseño, ventas, producción, RRHH, etc., cuando se integran, supera cualquier esfuerzo individual.

  • Es la sinergia, no el aislamiento, lo que crea valor en las empresas.


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